jueves, 6 de octubre de 2011

VEN ESPÍRITU SANTO...

Lucas 11, 5-13
La promesa está hecha y hoy, en su Palabra, nos la recuerda de nuevo. "Pidan y recibirán", porque sólo aquel que pide recibirá. Sin embargo, lo verdaderamente importante es saber que necesito y que debo pedir. porque caemos en el peligro de desear y, por lo tanto, pedir muchas cosas que aunque aparentemente deseamos, no son lo que verdaderamente necesitamos.

Vivimos cargados de muchas cosas que no son necesarias para vivir. Es más, nos complican la vida. Acaban, hace un momento, de interrumpirme para ofrecerme, movistar, una oferta sobre alquiler de películas. Se trata de consumir y de gastar el tiempo mal llamado libre en no pensar sino distraerme. ¿Cuando y cómo voy a pensar en mí, en darme cuenta que existo y en conocerme? ¿Acaso sé quién soy, de dónde vengo y a dónde voy?
Porque, sabido de dónde vengo y quién soy, podré conocer donde iré y que necesito para llegar. Por eso, es realmente necesario conocer que necesito y a Quien le puedo pedir eso que realmente necesito. Y, recordando a san Francisco de Borja, celebrado el pasado lunes, coincido con él que no vale la pena servir a señores o cosas que son caducas, que mueren y terminan. Sólo vale la pena servir a Quien nunca muere. Es a ESE a quien se le puede pedir precisamente esa vida eterna, nuestro mayor tesoro.

Enseñame, SEÑOR, a distinguir y saber qué cosas
son fundamentales en mi vida. Dame la 
 sabiduría de conocer lo que viene
de TI, y lo que es del mundo.

Porque lo del mundo es caduco y temporal,
pero lo que procede de TI, SEÑOR,
es eterno y nunca pasa. Es
lo que buscamos y 
deseamos. Amén.

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