viernes, 25 de septiembre de 2009

NECESIDAD DE ORAR.

La oración es la forma de comunicarnos con nuestro PADRE DIOS. JESÚS nos lo enseñó con su ejemplo y su constante diálogo con el PADRE. También nos invitó a que hiciéramos lo mismo y a depositar toda nuestra confianza en las cosas que le pidiésemos al PADRE: "Nuestro PADRE no nos va a desoír ni nos va a dar algo que no sea para nuestro bien.

Y ese es el secreto de la oración: muchas veces pedimos lo que creemos que nos conviene, pero la realidad es que no sabemos qué es lo que realmente nos conviene. Y, nuestro PADRE DIOS nos da siempre aquello que nos conviene y es para nuestro bien. Ocurre que nuestra ceguera y apetencias no coinciden con las de nuestro PADRE DIOS y entendemos que no nos escucha ni atiende.

Si nos fijamos atentamente y reflexivamente, observamos que JESÚS, que tanto habló y oró al PADRE, nunca pidió nada para ÉL, pues las cosas se le complicaban y los sacrificios y molestias, cuando no insultos, atentados y peligros le acechaban por doquier. No comprendemos como una Persona con tanta autoridad, poder de hacer prodigios sobrenaturales e HIJO de DIOS pudiera sufrir y padecer ante la incomprensión de los hombres.

Desde esta reflexión debemos deducir que la oración es camino de perfección y Gracia para, no solucionar, sino superar y cumplir con nuestra propia misión cuál es la de, injertados en CRISTO, vivir y proclamar la Vida de la Gracia, o lo que es lo mismo, el Reino de DIOS. Y eso supone ir muriendo a nuestra propia vanidad, soberbia y orgullo hasta quedar confundido con la misma Gracia que es DIOS mismo que se nos da. Es la meta y esperanza que anhelamos alcanzar y dónde radica toda fuente de gozo y felicidad.

Será el SEÑOR QUIÉN nos dará, cómo, cuándo y dónde, lo que sea más conveniente para, no triunfar ni alcanzar el éxito en este mundo, sino para vivir el Reino de DIOS proclamándolo con nuestra vida y obras. Y eso es ir contra corriente y enfrentado a todo lo que suponga seguir el camino que siguió JESÚS.

De ahí la necesidad de orar, pero orar en ese sentido que nos lleva desde nuestro ser personal e individual al nosotros comunidad y pueblo que nos realiza en el amor mutuo. Porque para amar es necesario que hayan más, más sin ningún vínculo familiar ni nada humanamente que nos relacione, sino l Gracia de sentirnos hermanos e hijos de un mismo PADRE en el HIJO: JESÚS.

Y es cuando descubre el valor fundamental de orar y pedir por la salvación de los que peregrinan por este mundo, pero también por los que, cumplida aquí su misión, están en la presencia del PADRE que los acoge en su Misericordia infinita. Es por eso por lo que ruego a todos los que puedan leer estas humildes líneas se unan en oración: un PADRE Nuestro y un Ave María por el alma de todos los que peregrinamos todavía por este mundo, y por aquellos que ya han partido, especialmente por los más necesitados.

Y es el momento de presentar, de forma especial, mi petición por mis padres, mis suegros, mis familiares, la suegra de mi amigo Manolo y madre de su esposa Aurelia, los padres de Ricardo G. Rosano, el padre, D. Pedro, de mi amigo Santiago, los necesitados de Eufemiano, amigo de Marisela, los pobres de iskander, para que le sea abierto el local, y los de todos mis amigos blogueros y no blogueros; también por todos los familiares de aquellos no creyentes, de otras creencias o religiones, y del mundo en general. Sólo DIOS sabe lo que necesitamos y lo que depende de nosotros mismos, pues se nos ha sido dada la libertad para decir sí o no.

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