lunes, 12 de marzo de 2018

TAMBIÉN EN LA DISTANCIA PODEMOS CONVERTIRNOS

Resultado de imagen de Jn 4,43-54
Jn 4,43-54
El Evangelio de hoy nos anima y da sentido a nuestra relación internauta, porque, a pesar de nuestra distancia podemos compartir y fortalecernos en la fe. Jesús no se mueve de Galilea y cura al hijo del funcionario real enfermo en Cafarnaúm. Es decir, significamos que la distancia no es impedimento para que la Gracia del Señor actúe. Así, también actúa en nosotros, a pesar de la distancia que nos separa.

Pero, previamente necesitamos creer en Jesús. La fe es indispensable, tal fue la de aquel funcionario que, invitado por Jesús emprendió el regreso a su casa creyendo que su hijo estaba ya curado. Y así fue, próximo a su casa salieron sus siervos a comunicarles que su hijo estaba mejor. Él preguntó a qué hora había mejorado, y comprobó que había sido a la hora séptima, la misma a la que Jesús le había dicho que regresara, pues hijo ya estaba curado.

Ahora, podemos hacernos muchas preguntas, porque también nosotros somos curados a cada momento. Nuestra conversión se realiza a cada instante, porque el Espíritu Santo, enviado a asistirnos y auxiliarnos está en nosotros y realizando el milagro de convertir nuestro duro corazón de pierda, en un corazón de carne. Un corazón confiado y abandonado en su Manos, para transformarlo en un corazón lleno de fe y confianza. 

En esta confianza, ¿podemos nosotros también regresar a casa confiados en que el Señor sana nuestro corazón y nos convierte? ¿Se lo pedimos con la fe que lo hizo el funcionario real? ¿O, por el contrario, necesitamos que el Señor esté presente? Creemos que también nosotros, por la Gracia y la acción del Espíritu Santo, podemos fortalecernos, asistirnos, animarnos, alegrarnos y hasta convertirnos con nuestro diario compartir? ¿Pensamos y creemos que, a pesar de las distancias, podemos evangelizar y evangelizarnos creciendo en conversión?

Pues, si así lo creemos, tal y como ocurrió en Galilea con el hijo de aquel funcionario real que yacía enfermo en Cafarnaúm, creamos también que el Señor, el mismo Señor que hizo aquel milagro a distancia, puede también hoy darnos la fe a distancia por medio de cualquier persona que Él decida. Sólo nos falta confiar y tener fe en Él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.