Jn, 14, 1-6 |
Y lo creo, Señor, porque Tú me lo has prometido. Tu Palabra es lo más serio del mundo que yo conozco. Nunca miente y siempre se cumple. Has vencido la muerte, porque tu Padre te ha glorificado en la Resurrección como había prometido. En Ti se cumple todo lo profetizado y Tú tienes Palabra de Vida Eterna. Gracias Señor.
En el Evangelio de hoy nos lo dices y, la Iglesia, que Tú dejaste para guiarnos y conducirnos por la acción del Espíritu Santo, nos lo recuerda: "«No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí. 2.En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. 3.Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros. 4.Y adonde yo voy sabéis el camino.»"
Son Palabras del Señor y, como todas sus Palabras y promesas, tienen verdadero cumplimiento. Creamos en el Señor, porque todo lo que nos dice y promete se cumple. Es posible que la tentación nos asalte y nos venga el pensamiento mismo que Tomás. E incluso le digamos lo mismo: "«Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»"
Pero, gracias a su Iglesia conocemos su respuesta y podemos confiar en Él. Porque, como nos dice, Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por Él.
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