domingo, 12 de noviembre de 2017

EL NOVIO LLEGA REPENTINAMENTE

Mt 25,1-13
Hace escasos minutos, mi mujer recibió un mensaje en su móvil de una amiga que le comunicaba la muerte repentina del hijo, supuestamente joven, de otra amiga común. Al reflexionar este Evangelio me ha venido de inmediato esta triste noticia, la llegada repentina de la muerte. Lo sabemos, la muerte no avisa, pero tampoco el Novio. Eso deja una cosa muy clara, hay que estar preparados.

Sin embargo, a pesar de que lo sabemos, nos dormimos. Lo mismo ocurre, incluso, cuando tenemos serias preocupaciones. Nos dormimos, porque el cansancio no vence. Y, afortunadamente debe ser así, pues de no serlo, difícilmente viviríamos. Nuestra naturaleza es limitada y débil. El pecado la vence y la duerme. Así nos lo dice el Evangelio de hoy: Como el novio tardara, se adormilaron todas y se durmieron. 

Observamos que también se durmieron las prudentes. Y es que el cansancio nos vence, doble razón para estar bien preparados. Porque, no sabemos la hora ni el día, ni tampoco el momento. Puede venir despacio, lentamente o repentinamente. En ambos casos hay que estar preparado, porque, aunque llegue lentamente, si no estás preparado, difícilmente podrás hacerlo. Porque la relación con Dios necesita tiempo y experiencia de encuentro con Él. Claro, para Él todo es posible, y, Él, sabe muy bien lo que hay en lo más profundo de nuestros corazones.

Pero, nuestro compromiso y deber es estar preparado para recibirle en las mejores condiciones posibles. La fe no se puede dar y se necesita mantener encendida. Se tiene o no se tiene. Hay que pedirla, porque sólo Dios la puede dar No puedo llenar tu vida con la mía. Eso te pertenece a Ti. El aceite de mi alcuza dará sólo para sostener mi fe encendida, y de compartirla contigo corremos el riesgo de que sostenga la fe de ambos.

La fe es algo muy personal y que cada cual debe cuidar llenando su alcuza sacramental del alimento espiritual necesario para encontrarse con el Novio. Necia o prudente llegará tu hora, pero será conveniente que seas prudente, porque eso signfica que has llevado tu vida coherentemente con la Palabra de Dios. No así las necias, que se han dejado llevar por el mundo.

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