jueves, 19 de octubre de 2017

COMO ESTATUAS QUE ESCUCHAN

Lc 11,47-54
No sé como empezar esta reflexión. El mismo título lo descubre, pues me parece que somos como estatuas que escuchamos, pero nada más. Todo queda en la simple escucha, pero no trasciende al mundo en el que vivimos. Y, por lo tanto, no se ven sus efectos.

Nos han sido enviados profetas y, muchos, después de oírles y no hacerles caso, han sido muertos por los destinados a escucharle. Recordamos la parábola de la viña dada en alquiler, y como los inquilinos recibieron a los siervos y hasta el propio hijo enviado a recoger los frutos correspondientes. ¿No está ocurriendo hoy lo mismo? Cuantos buenos testimonios nos han dejado, sin embargo, el mundo sigue igual y cambia muy poco.

Y, eso sí, hacemos grandes mausoleos y celebraciones recordando sus obras y memorias, pero nada más. Al instante volvemos a sumergirnos en nuestro mundo siguiendo nuestros proyectos y ambiciones. ¿De qué nos vale honrar sus nombres, si luego vivimos según nuestras pasiones y egoísmos?  No nos valen sino después de muertos, porque mientras viven nos molestan e incordian y tratamos hasta de quitárnoslo delante. Así hay muchos contemporáneos que delatan nuestra hipocresía: Madre Teresa, Juan XXIII, Monseñor. Romero... ¿nos acordamos de lo que denunciaban, de lo que reclamaban, de lo que nos decían?

¿Nuestros programas de educación están impregnados de esas sugerencias y propuestas? ¿Nuestros medios, radios, prensa... recogen ese sentir y tratan de extenderlo y concienciarlos en nuestros pueblos? Supongo que ahora podemos entender mejor el título que preside esta humilde reflexión, "como estatuas que escuchan", pero nada más.

No obstante, se nos pedirá cuenta de todas nuestras actuaciones. Tanto de los que han callado la boca de muchos que proclaman la verdad, como de los que impiden que otros puedan proclamar y tener la oportunidad de hacerlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.