viernes, 27 de octubre de 2017

CAPACIDAD DE OBSERVACIÓN

Lc 12,54-59
Es posible que mirando hacia el horizonte seamos capaces de sopesar que por aquel lugar está lloviendo. Y llegamos a esa conclusión porque observamos muchas nubes y un tiempo oscuro que promete lluvias. Cada vez sabemos más del tiempo. En la actualidad los meteorólogos nos previenen el tiempo con bastante antelación y nos preparamos para soportarlo y capearlo.

¿Cómo no se nos ocurre reflexionar y explorar este tiempo en el que vivimos? ¿Cómo no discernimos sobre lo que es bueno o no, sobre lo que es justo o no? ¿Cómo no diálogamos para entendernos y hacer las paces antes de enfrentarnos y correr el riesgo de ser encarceladod? El Evangelio de hoy nos previene y nos invita a observar el tiempo de nuestra vida y la dirección que tomamos. Porque, en eso nos va la vida, la verdadera y única vida, la que es eterna.

Se hace necesario pensar que camino andamos en este mundo y a dónde nos dirigimos. Es de vital importancia discernir nuestros actos y nuestro tiempo y preguntarnos qué pintamos y a dónde vamos. Nos preocupamos por el  metereológico, pero, ¿por nuestro tiempo vital? ¿Qué pensamos sobre nuestra vida y nuestro tiempo de vida?

¿Podemos, acaso, descubrir el sentido de nuestra vida nosotros mismos? ¿O necesitamos de Alguien para que nos ilumine y nos enseñe el verdadero camino de felicidad que buscamos? Porque, ¿está en este mundo esa felicidad que buscamos? Y si está, ¿es eterna? Porque, no nos serviría de mucho una felicidad construída sobre barro, que hoy se sostiene, pero mañana se hunde. Una felicidad pasajera y temporal.

Buscamos una felicidad plena y eterna, y esa felicidad no está en este mundo. Lo sabemos, pero tenemos que movernos y ponernos en camino. Eso implica observar y fijarnos y discernir cada instante y cada paso de nuestro tiempo en este mundo. Tengamos presente este pensamiento. Necesitamos fijarnos, no sólo en el tiempo de la tierra y del cielo, sino en el camino que, en el tiempo de nuestra vida, recorremos hacia ese lugar de felicidad eterna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.