sábado, 25 de febrero de 2017

LIMPIEZA DE CORAZÓN

(Mc 10,13-16)
Si el corazón está nuestra vida dejara de latir terminaría nuestro camino terrenal. Sólo, entonces, nos quedaría lo que en él hayamos guardado. Sí, porque en nuestro corazón se encuentra todas nuestras buenas y malas intenciones que derramamos a lo largo de nuestra vida. Allí quedan registradas. Se hace, pues, necesario mantenerlo limpio y bien cuidado.

Es verdad y de sentido común que, al principio, en su comienzo, nuestro corazón estaría limpio. Sus primeros pasos fueron cargados de inocencia y de buenas y limpias intenciones. Nuestro mundo era un mundo de verdad, de ilusiones limpias, de fantasías y generosidad. Un mundo de colores y de amor. Un mundo donde el amor se plasmaba en el buen corazón de todos los niños. Era la época honrada e idealista de nuestra infancia.

Pero, no podemos quedarnos ahí. La vida sigue su camino y crecemos. Y el crecimiento comporta crisis y también madurez. Una madurez que se ve amenazada por la contaminación y el aire viciado de la mentira y el pecado.Un madurez que se endurece y corre el peligro de ensuciar nuestro puro y limpio corazón de niño. La época adulta trae una constante lucha entre ese bien sembrado en nosotros desde niño y el adquirido por el ejercicio de nuestra libertad y voluntad durante la llegada a la madurez.

Se trata del bien y el mal. Se trata de comer del árbol prohibido tomando la fruta prohibida. Se trata de despojar nuestro corazón de todas sus buenas intenciones para que prevalezca las malas. Se trata de conservar nuestro corazón joven, puro y limpio. Se trata de una lucha a muerte. Y en ese torbellino de tentaciones, de luchas, de tiras y aflojas, nuestra meta es sostenernos en el Señor y no dejarnos arrastrar por las mentiras que nos arrastran y ensucian nuestros corazones.

Quizás es eso a lo que Jesús se refiere, al menos a mi, humildemente, me lo parece o entiendo. Debemos mantenernos siempre puros y limpios, para de esa forma mantenernos siempre jóvenes como niños, y sostener nuestro corazón lleno de verdadero y buenas intenciones.

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