(Mt 3,13-17) |
Esa debe ser nuestra petición de cada día, "complacer al Padre". Y complacer al Padre es tratar de vivir en el esfuerzo de hacer su Voluntad. Y hacer su Voluntad es vivir en su Amor y amando a los demás. Pero, ¿qué es amar y como amamos a los demás? Porque hablamos mucho de amor, ¿pero entendemos el significado de amar?
Cuando nos preocupamos por los demás; cuando cumplimos con nuestras responsabilidades; cuando nos empeñamos en atender y servir; cuando estamos presentes ante los problemas y sufrimientos del otro, a pesar de que experimentamos el deseo de huida, de alejamiento, de despreocuparnos...etc. Cuando permanecemos presentes y en el servicio, a pesar de nuestros apegos, apetencias y egoísmos, estamos amando.
Porque amar es mirar para Jesús y ver como nos ama Él a pesar de nuestros desplantes e indiferencias. Él es el modelo y la referencia. Por eso, al bautizarnos recibimos la fuerza, la asistencia y el compromiso del Espíritu Santo, que se compromete con nostros a fortalecernos y a ayudarnos para superar todos los obstáculos que nos impone el esfuerzo de amar.
Ese es el camino que Jesús nos señala con su Bautismo: En aquel tiempo, Jesús vino de Galilea al Jordán donde estaba Juan, para ser bautizado por él. Pero Juan trataba de impedírselo diciendo: «Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?». Jesús le respondió: «Déjame ahora, pues conviene que así cumplamos toda justicia».
Sí, necesitamos seguir al Señor, y eso empieza por bautizarnos como Él, para, por la Gracia de Dios, recibir al Espíritu Santo, que nos asiste, auxilia y fortalece para la lucha de cada día contra el pecado que nos amenaza y nos seduce.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.
Tu comentario se hace importante y necesario.