martes, 23 de febrero de 2016

SE TRATA DE VIVIR, ES DECIR: HACER Y PROCLAMAR

(Mt 23,1-12)


En muchas ocasiones hemos advertido que si la palabra no va unida a la acción, es decir, a las obras, no vale nada. Pues, no se trata de aparentar, lucirse y esconderse a la hora de dar la cara. Se prolcaman muchas verdades que luego no se cumplen, pero que se exige que cumplan los demás.

La cuestión no es dar, sino darse. No cabe duda que en el dar estás dándote, pero el darse es algo más profundo y vivencial. Nunca podrás experimentar lo que significa dar hasta que tú mismo te des. Quizás, cuando te enamoras experimentas algo esa sensación o vivencia, que luego se desvanece con el tiempo. Entonces experimentas, cuando te cansas de darte, que ese amor no estaba maduro del todo. Porque el amor nunca se cansa, ni desespera, ni huye, ni se impacienta, y siempre espera, soporta, es paciente y resiste todas las tempestades.

Por eso, no descarga las pesadas cargas en los hombros de otros, sino que las comparte y las soporta también con sus mismos hombros. No dice, para que hagan otros, sino dice y hace, y no trata de lucirse ni de hacer para ser visto. Sólo trata de compartir y colaborar. Por lo tanto, no debemos fijarnos en los que hablan, sino tratar de vivir lo que dicen sin desear imitarlo, porque muchos no hacen lo que dicen.

Nuestra referencia y modelo es Jesús. Él es el Santo, el Perfecto, el que nunca falla, y su Palabra es Palabra de Vida Eterna. A Él seguimos, de modo que si otros que le siguen se quedan en el camino o dan mal ejemplo, debemos ayudarle para que se corrijan, pero nunca desanimarnos o imitarles. Porque el pilar de nuestra fe es Jesús, y él nunca nos falla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.