viernes, 12 de febrero de 2016

EL NOVIO ESTÁ CON NOSOTROS

(Mt 9,14-15)


Jesús vive y está con nosotros, porque Él lo ha dicho: "Dónde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estaré Yo con ustedes" (Mt 18, 20), y yo estaré con ustedes todos los días hasta la consu­mación de los siglos" (Mt 28, 20). 

Los tiempos cambian y la vida debe adecuarse a esos cambios. Eso sí, lo que nunca cambia es el amor, aunque según los tiempos tengamos que amar de diferente forma. Pero el amor siempre es el amor, y busca el bien de la persona amada. Igual ocurre con el ayuno. Hoy a forma de ayunar es diferente, porque los tiempos son diferentes y porque el Novio permanece con nosotros, Mt 18, 20; Mt 28, 20.

El ayuno de nuestro tiempo nos exige controlar más nuestra lengua, que muchas veces mata a pedradas injuriando, calumniando y criticando al prójimo. Nos vendría muy bien y necesario tener esa clase de ayuno, para habituarnos a ayunar durante todo los años de nuestra vida. El ayuno de nuestro tiempo nos exige sobriedad, renuncias, abnegación, servicio, desprendimiento y estar pendiente de quienes necesitan ayuda y atención.

El ayuno de nuestro tiempo nos pide más oración, más perseverancia, más paciencia y perseverancia. Y, también, más fe. Y para todo eso contamos con la presencia del Señor Jesús, que no se ha ido, que está y permanece con todos nosotros, que nos acompaña y nos fortalece en el camino. Su Espíritu nos alimenta cada día y nos transmite la alegría y el gozo de servir a los más pobres y necesitados.

Nuestro camino es un camino duro, de servicio y sacrificio, pero no triste ni desesperanzado, sino todo lo contrario. Un camino de alegría y esperanza en el triunfo de la Resurrección. Porque Jesús, a quién seguimos, es el Camino, la Verdad y la Vida.


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