lunes, 8 de junio de 2015

¿DÓNDE BUSCAMOS LA FELICIDAD?

(Mt 5,1-12)


No hay duda que el hombre busca la felicidad. Todos sus movimientos están dirigidos en esa dirección. La felicidad está escrita en su corazón, y dejaría de ser hombre si no la buscase. Jesús, que nos conoce muy bien, nos propone un plan de felicidad. Un plan que va en camino diferente al que se propone el hombre.

Porque mientras el hombre busca la felicidad en las cosas de este mundo, Jesús le propone buscarla renunciando a este mundo y entregándose a servir a los que lo pasan mal y sufren. Es decir, a los pobres, marginados y excluidos. Por eso, viendo el gentío que le rodeaba y esperaba que hablara, subió a la montaña, se sentó y empezó a enseñarles. 

Conocemos ese sermón como el sermón de la montaña o Bienaventuranzas. Son máximas que nos señalan el camino a tomar para descubrir la verdadera felicidad. Sin lugar a dudas que nos sorprende, porque da la sensación que tenemos que sufrir para ser bienaventurados. Al parecer seremos bienaventurados si lloramos, si padecemos hambre y sed de justicia, si somos misericordiosos, si trabajamos por la paz, si somos perseguidos, injuriados, insultados y padecemos toda clase de mal. 

En el fondo todo se reduce a amar, y ahí está el secreto, porque cuando amas nunca puedes ser infeliz, a pesar de los sufrimientos y males que padezcan. Todos tenemos experiencia de eso. Los padres y madres saben mucho de renuncias, de esfuerzos y sacrificios por y para que sus hijos sean felices y tenga lo suficiente para vivir holgadamente. Y no le señalan un camino de rosa, sino de esfuerzos, renuncias y trabajos con los que prepararse para la vida que les espera.

¿Cómo nuestro Padre del Cielo no nos va a indicar el verdadero camino por el cual debemos conducirnos para alcanzar esa felicidad que anhelamos y perseguimos. Porque la felicidad no se esconde por el camino fácil y cómodo, sino por el del sacrificio, la renuncia, el esfuerzo y trabajo hacia los demás. En el desprendimiento y la generosidad, aunque nos parezca que perdamos, ganamos.

La vida se gana por amor. Amor que se da y que se entrega gratuitamente y sin condiciones, pues de no ser así no sería amor. Y la felicidad no nace del tener, poder y poseer, sino del verdadero amor que no necesita nada sino simplemente amar.

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