jueves, 19 de marzo de 2015

LA DIFERENCIA RESIDE EN VIVIR SEGÚN MI VIDA O SEGÚN LA VOLUNTAD DE DIOS

(Mt 1,16.18-21.24a)


Me parece muy importante y clave la actitud de emprender el camino. Camino de conversión. Porque todo dependerá de la actitud de acomodar tu vida a la Voluntad de Dios, o dejar que tu voluntad sea la que dirija y la de Dios se acomode a la tuya. Supongo que según se haga el camino, de una u otra forma, los pasos de conversión serán acertados o no.

Hoy, la figura de san José nos alumbra esta actitud. Un hombre que ve interrumpida su vida con el misterio de desposorio. ¿Qué ocurre? ¿Cómo es posible que María, la prometida, sin haber vivido juntos esté embarazada? ¿Qué misterio es ese? Simplemente, ponernos en su lugar nos descubrirá muchas preguntas e interrogantes?

Ante tal tempestad, José no actúa como de él se espera. Pacientemente cree en María y, a pesar de no comprender su estado, decide repudiarla en secreto para no hacerle daño. Es el proceso normal de toda persona. No comprendemos los designios del Señor y optamos por actuar según nuestras ideas y conocimientos. Nos desesperamos y perdemos la confianza en Jesús.

Sin embargo, José se mantiene firme y confiado, porque ante los signos del Espíritu se deja guiar, confía y acepta el Plan de Dios. Lo mismo hace María. Guarda pacientemente todos esos acontecimientos misteriosos, sin entenderlos, en su corazón y se abre a la acción del Espíritu Santo confiada y sumisa. ¡He aquí la esclava del Señor!

Supongo que José y María nos dan una lección de humildad, de paciencia, de saber esperar confiados en la providencia y la respuesta del Señor. Supongo que José es modelo de varón justo y confiado a la llamada y acción del Espíritu de Dios que tiene un Plan para él. Por eso, creo que acertadamente ha sido nombrado Patrón del seminario.

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