lunes, 16 de febrero de 2015

CONFIRMANOS TU MISIANIDAD

(Mc 8,11-13)

He oído decir muchas veces que todavía no ha venido nadie resucitado. Es una forma de decir que piden prueba de la Resurrección. Descartan todo discernimiento y toda forma racional de descubrir la Mesianidad de Jesús y su Resurrección.

La respuesta de Jesús es contundente y firme: « ¿Por qué esta generación pide una señal? Yo os aseguro: no se dará a esta generación ninguna señal». Así que será baldío esperar alguna señal. 

¿Es qué Jesús no es una señal? ¿Es qué la obra de Jesús, su Palabra y sus milagros no revelan su Mesianidad y Divinidad? ¿Es qué con la autoridad que enseña y la firmeza con la que habla y sana, no nos dice que es el Hijo de Dios Vivo?

¿No tenemos lo suficientes argumentos para discernir y ver por nuestros propios ojos que Jesús es el Hijo de Dios? ¿Es qué ponemos en duda su Palabra? Entonces, ¿en quién creer? Posiblemente lo que queremos es que el Señor actúe como pensamos nosotros, y que haga nuestra voluntad.

 Nos gustaría que se apareciera Jesús resucitado y nos demostrara que Él es el Hijo de Dios. Así quedaríamos satisfechos. Pero esa no es la Voluntad de Dios. Dios quiere que usemos nuestros talentos intelectuales y descubramos su presencia en el Hijo que se hace Hombre y nos revela al Padre. Tenemos muchas razones y testimonios para creer.

Pero, sobre todo, tenemos la Palabra de Dios encarnada en su Hijo y guiada por el Espíritu Santo, que nos revela el Amor del Padre y su plan de salvación para todos los hombres.

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