viernes, 21 de noviembre de 2014

SE ABRE UNA NUEVA ÉPOCA

Lc 19, 45-48

Jesús inaugura el nuevo Mensaje: Mi casa es casa de oración y ya no hace falta sacrificios de animales, simplemente adorar a Dios en Espíritu y Verdad. Que el Testamento Antiguo deje paso al Rito Nuevo, como decía santo Tomás de Aquino poéticamente.

El Rito Nuevo es la Palabra de Jesús. Allí donde está Jesús está la Casa del Señor. Desde ahora es Él el que enseña a diario la Palabra de Dios. Ha venido ha traernos la Buena Nueva, a mostrarnos un Dios amoroso, bondadoso y misericordioso. Nos lo muestra en la parábola del hijo prodigo, en la oveja perdida y en todo su Mensaje.

Y también nos revela su entrega voluntaria y aceptada para, con su Pasión y Muerte, pagar por nuestros pecados. Jesús es el Templo, el Templo destruido y levantado en sólo tres días. Porque ha Resucitado y permanecerá para siempre con nosotros y dentro de nosotros. Somos templos del Espíritu Santo y somos casas de oraciones en la medida que le adoramos en Espíritu y Verdad.

Era menester darle relevancia a esa expulsión de aquellos mercaderes que habían convertido la Casa del Señor en un lugar de negocios y intercambios. Era menester dejar claro, con un golpe sobre la mesa, que ha llegado la hora de la salvación por medio del Hijo que nos rescata y nos redime.

Gracias, Señor, porque con tu Muerte has saldado la deuda infinita, que nunca nosotros podemos saldar, y nos has reconciliado con el Padre para gozar de su presencia eternamente. Amén.

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