miércoles, 26 de febrero de 2014

EL VERDADERO AMOR PROCEDE DE DIOS

(Mc 9,38-40)


Sin darnos cuenta hacemos capillas y grupos, y experimentamos que los que están fuera son de otros grupos porque no están con nosotros. Quizás muchos lo hemos superado, pero el problema continua latente en muchos que lo vemos así. No dividimos y seleccionamos pensando que nuestro movimiento, grupo, equipo, comunidad o lo que sea somos los mejores...

Igual se nos ocurre que nuestra parroquia es la mejor o que nuestro apostolado es el mejor. Pero también llegamos a pensar que los que vamos a misa somos mejores o los que realizamos muchas prácticas litúrgicas o de piedad somos los buenos y los que no, los malos.

Hoy Jesús nos advierte que lo verdaderamente importante es amar y hacerlo en su Nombre. Nadie que sí actue estará en contra del Señor, porque en él estará la obra del Espíritu. Por lo tanto, no miremos grupos, ni movimientos, ni colectivos o comunidades por lo que son, sino por lo que hacen. Y si aman por amor al Señor y en nombre del Señor estarán en el buen camino.

No es lo externo o las circunstancias las que descubren mi fe, sino la acción de mi corazón en manos del Espíritu Santo. Si así se mueve va por el verdadero camino que Jesús señala.

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