miércoles, 1 de mayo de 2013

NECESITADOS DE JESÚS

(Jn 15,1-8)


El gran error del hombre es creer en sus propias fuerzas y pensar que solo él se basta para conseguir la felicidad que busca. El gran error del hombre es creer que por él mismo puede alcanzar su deseo de felicidad sin necesidad de ayuda. Pero, el peor de todos los errores es creerse suficiente y capaz de dirigir su vida hacia la felicidad rechazando a Jesús, el Señor.

No hay nadie más necio que aquel que da la espalda a Jesús y se erige en señor de sí mismo. Su vida queda estéril y sin sentido y su pobre esperanza termina en este mundo. Un mundo que cuenta sus días más de tristeza que de felicidad. Un mundo donde la esperanza se convierte en desesperanza. Un mundo donde las apariencias e hipocresías falsean la vida y siembran la muerte.

Y tras el error, el pecado, la mayor esperanza del hombre es Jesús de Nazaret. Injertados en Él nada tenemos que temer, y permaneciendo en Él todo camino será allanado y superado hasta alcanzar la paz y felicidad por él prometida. En Él daremos frutos, frutos de amor del que este mundo está necesitado y por los que todos los hombres alcanzaran la paz y la justicia.

Pidamos al Espíritu Santo que nos dé la fortaleza de agarrarnos a su Palabra: «Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos».