viernes, 20 de diciembre de 2013

TODO MUY SENCILLO PERO...


(Lc 1,26-38)

Todo muy sencillo. Como un cuento de hadas, pero no es así. Es el acontecimiento más grande que jamás haya existido. Porque por él hemos nacido a la verdadera Vida y a la eternidad. 

En unos instantes tu vida da un giro total y todo se cambia. Eres elegida para ser la Madre de Dios, ¿es eso posible? ¿Qué le digo a José con el que estoy desposado? La disyuntiva es tremenda y la elección no se razona, pues de razonarla tiene más tinte de no que de sí,

María es grande porque entrega su voluntad y acepta la Voluntad de Dios. María es grande porque por encima de sus proyectos y vida está Dios. María es grande porque se abaja, se humilla, se hace esclava, se somete y se entrega a la Voluntad de Dios. María, no sé si porque ya era así, o porque Dios la ha preparado para que fuese así, es la siempre Virgen y Madre del Dios hecho Hombre.

Pero, sin ninguna duda, María, con voluntad propia como tú y yo, se pone disponible voluntariamente para que el Espíritu realice el Misterio de la Encarnación. Y María da a luz a la Luz del mundo: El Niño Dios que nace para llenar el mundo de auténtica alegría y vida en abundancia.

¿Estás tú preparado para recibir al Niño Dios y abrirle tu corazón y disponibilidad como hizo María y también José? Es hora de reflexionarlo y meditarlo ante el acontecimiento de Belén.

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