miércoles, 6 de noviembre de 2013

SEGUIRLE ES DEJAR LO DEMÁS DETRÁS

(Lc 14,25-33)

Alguien se compromete con una tarea concreta, supone que esa tarea será cumplida en plenitud. Incluso por encima de otras cosas, salvo causas muy justificadas de índole familiar o laboral o de enfermedad. Se supone también que el sentido común nos dice eso y lo consideramos lógico y normal.

Sin embargo, el Reino de Dios no es de este mundo y en él nuestra lógica no tiene cabida. Seguir al Señor es seguirle por encima de todo. Sean las causas que sean. Eso no significa que cosas muy importantes, como las ya nombradas, se dejen a la deriva o no se atienda como nuestra razón, compromiso y corazón nos señala e indica. Pero sin dejar de ver la prioridad de dejar todo para seguir al Señor.

Porque no podemos estar a dos velas, y justificar unas cosas cuando nos interesan otras. Seguir a Jesús es plantearse toda nuestra tarea desde ese compromiso y seguimiento. Que muchas veces coincide con el que nosotros pensamos debemos hacer. Porque cuando el amor dirige nuestra vida, por amor al Señor, todo lo demás tiene su justo tiempo, su servicio y compromiso y su entrega. Pues es de eso de lo que se trata cuando decidimos seguir al Señor.

Y en ese seguimiento, garantizamos recibir y tener las necesarias fuerzas para llevar a cabo esas tareas que nuestra vida nos demanda en el camino que recorremos junto al Señor.

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