lunes, 14 de octubre de 2013

PRUEBAS PARA CREER

(Lc 11,29-32):


Sin duda que teniendo pruebas todo sería más fácil. Quien tiene una experiencia y ve, posiblemente creerá. No se esconde que creer sin ver es cosa más difícil. Por eso, Jesús dice en una ocasión que serán dichosos aquellos que creen sin ver. Y es que el mérito está en creer sin ver ninguna prueba.

Jesús señala como generación malvada y perversa a aquellos que pretende pruebas y demostración de su Divinidad, como si se tratara de unos exámenes por los que hay que pasar para ser aceptado como Señor. No tendría ninguna lógica ni mérito hacerlo así, porque la fe consiste en creer sin ver, esperar, confiar y callar en la esperanza de que el Señor actúe en su momento. Y eso sólo Él lo sabe y sólo a Él compete.

La salvación, la que interesa. No la que puede dar este mundo, sino la que es para todos los mundos y para siempre: "La Eterna". La Salvación que está por encima de las salvaciones con minúscula que encontramos en este mundo, es la Salvación que ofrece Jesús a aquellos que se fían de Él y por la fe le siguen en silencio y en obediencia. Esos son los que serán recompensados con la Salvación eterna.

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