miércoles, 23 de octubre de 2013

MI PÚBLICO ES MI PADRE DIOS

(Lc 12,39-48)

Estamos acostumbrados a esforzarnos y tratar de hacer las cosas bien cuando sentimos la mirada de quienes nos vigilan o contemplan nuestro trabajo. Pero cuando esa mirada desaparece o nadie nos observa, nuestro interés decae y nuestro esfuerzo decrece. Trabajamos solo aparentemente o para ser contemplados. O mirado de otra forma, ponemos empeño y entusiasmo cuando nos vigilan o nos contemplan.

Hoy Jesús nos advierte de que nuestro ser y obrar sea así. Nos exhorta a trabajar y poner empeño en nuestro trabajo, aun en la ausencia de nuestro amo o  administrador. Porque ese es nuestro cometido, y porque el amo o administrador se presentará cuando menos lo esperemos.

Debemos actuar siempre, incluso en la ausencia de toda mirada, como si nuestra obra fuese contemplada por un afinteatro lleno, pues nuestro verdadero público es la Mirada de nuestro Padre Dios. Él siempre está a nuestro lado y nos acompaña en todo nuestro ser y obrar. Él nos mira y sabe de nuestros esfuerzos y trabajos. De nada nos vale aparentar delante de los que nos vigilan o miran, y bajar la guardia cuando nos sentimos solos y sin vigilancia de ninguna clase.

Pidamos al Padre que seamos siempre fieles en cumplir su Voluntad. Voluntad que pasa por cumplir con nuestro trabajo en todo momento y situación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.