martes, 20 de agosto de 2013

TENER DIFICULTA PARA SER

(Mt 19,23-30)

El que posee poco, poco tiene que preocuparse. Todos sus afanes consisten en el vivir de cada día sin mayores problemas que los del trabajo y la susistencia diaria. Peor lo tienen aquellos que están cargados de pesadas cargas de bienes y riquezas que no les deja cerrar un ojo. Los tienen bien abiertos por muchas razones, pero sobre todo por si alguien osa por apoderarse de algunos.

Los ricos apenas levantan la mirada por encima de sus riquezas. Están entretenidos en guardarlas y, si pueden, aumentarlas hasta el punto de enfrentarse y someter a otros por lograrlo. Las riquezas les vendan los ojos y no ven sino por ellas. Su mundo es un mundo de tener y poseer, y de, cuanto más se tiene, más grande se es. 

Un mundo absurdo, donde todo consiste en amontanar riquezas y bienes efímeros destinados a pasar a manos de otros, a pesar de tus esfuerzos por conservarlos. Tú tendrás que irte, y tus bienes se quedarán aquí para el disfrute de otros. Ellas, las riquezas, te habrán desviado por el mal camino, por el camino de la perdición y la muerte. Te impedirán desapegarte y aligerarte de peso para seguir el verdadero camino que empieza en la puerta estrecha.

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