domingo, 18 de agosto de 2013

PASIVIDAD E INQUIETUD


(Lc 12,49-53)

El camino exige estar despierto, y estar despierto no consiste en espabilarse para tomar todo aquello que se pone a nuestro alccance y colma nuestras apetencias e intereses. Estar despierto, en término evangelico, es arder por todo aquello que es bueno para el bien común.

No se trata de quemar para consumir o destruir, sino de quemarse en amor para hacer el bien en aras del bien común.. Jesús ardió y arde en deseos de salvación. Salvación para toda la humanidad, por eso, el Evangelio de hoy nos descubre que Jesús no ha venido a traer la paz que este mundo busca y proclama, sino la guerra, división, enfrentamientos... que provoquen la lucha que establece la verdadera paz, la paz que nace del amor.

Déjemos que prenda la llama de fuego en nuestro corazón y arda amorosamente hasta que seamos capaces de provocar que todo el mundo arda de verdadero amor.

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