jueves, 29 de agosto de 2013

LA VALENTÍA DE SER

(Mc 6,17-29)

En cierta ocasión, un amigo bloguero compartía que no solo se trata de ser sino también de parecer. En alguna reflexión yo también he reflexionado, valga la redundancia, sobre lo mismo. En los Evangelios de estos días anteriores, Jesús nos ha advertido sobre las apariencias e hipocresías, y hoy, la figura de Juan el Bautista nos descubre la necesidad de no escondernos ni de silenciar nuestra fe.

Su vida fue una constante proclamación del que había de venir. Su misión, de allanar y preparar el camino, la llevó a cabo con entereza, constancia, perseverancia y valentía. Nada fue obstáculo para que su boca gritara a los cuatro vientos que había de venir Uno, que ya estaba cerca, que bautizaría con fuego y Espíritu. Nunca usurpó su lugar, y siempre supo mantenerse en el que le correspondía.

Entendió la Voluntad del Padre, y la vivió y cumplió con humildad y firmeza, hasta el punto que dejó su lugar al que es y era más grande que él. ¿Estamos nosotros dispuestos a responder de la misma forma a la misión que el Padre nos ha confiado? ¿Ponemos nuestra palabra por delante de nuestra vida? Estas y otras preguntas nos interpelan al contemplar y meditar la vida y hechos de Juan el Bautista.

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