domingo, 2 de junio de 2013

COMIDA Y ALIMENTO

Lc 9, 11b-17


Hacer la prueba: quedarse un tiempo sin ingerir bebida ni comida. Y experimentaremos la necesidad urgente de comer y beber, porque de no hacerlo nos va la vida en ello. Experimentar que el alimento del Cuerpo de Jesús lo necesitamos con más necesidad, no es algo tan fácil como lo otro, pero sí más necesario y vital para nuestras vidas.

Hoy, Jesús nos lo hace ver tras el milagro de los peces y los panes. Se han quedado una multitud de hombres y mujeres a su alrededor. Pasa el tiempo sin darnos cuenta cuando escuchamos a Jesús, y se nos echa encima el hambre. Jesús consciente de nuestra necesidad actúa, y nos da de comer. Nadie podía alimentarnos allí y en esa hora. Sólo Él puede hacerlo.

Nos manifiesta su amor y sus deseos de alimentarnos, de alimentarnos de sus fuerzas y de la Vida de la Gracia para que fortificados en Él podamos alcanzar la Vida Eterna. Nos prepara para más tarde entregarse a nosotros en Cuerpo y Alma para ser comida y bebida de salvación. Hoy nos da una comida que perece, que se consume y despierta más tarde deseos de comer de nuevo. Pero nos está preparando para ofrecernos la comida de su Cuerpo y Sangre que nos alimentan para la Vida Eterna.

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