viernes, 5 de abril de 2013

NECESITAMOS SU PRESENCIA

(Jn 21,1-14)


Ésta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de resucitar de entre los muertos. Así termina el Evangelio que corresponde al día de hoy. Jesús vuelve a aparecerse a sus discípulos. Es como una reafirmación de que necesitan su presencia, su estimulo, su ánimo, su fuerza... Sin Jesús no podemos hacer nada y necesitamos estar junto y presentes en Él.

Los discípulos estaban volviendo a la rutina de cada día. "Voy a pescar", manifiesta Pedro. Algo así como "voy a matar el tiempo". Y los demás le acompañan. Están en espera, necesitados del impulso del Espíritu de Jesús. Sólo su presencia les anima y les mueve a proclamarle y darle a conocer.

¿No nos ocurre hoy eso mismo a nosotros? Necesitamos su presencia, el estar injertado en Jesús, pues sin Él nada podemos. Y lo tenemos más cerca que sus apóstoles, pues no tenemos que esperar a que se nos aparezca, nos espera a todas horas en la presencia real de la Eucaristía. Sólo necesitamos acercarnos y estar presente y de cara a Él. Y también recibir y alimentarnos con su Cuerpo en la Sagrada Eucaristía.

Esto es lo que hoy me dice su Palabra. Jesús está presente de forma perenne y constante entre nosotros. Se ha quedado para que no estemos solos ni un segundo. Lo tenemos a nuestro lado, y también se nos ofrece como alimento para estar fuertes y vigorosos en la lucha contra las tempestades de este mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.