jueves, 18 de abril de 2013

¿DE QUIÉN ME FÍO?


(Jn 6,44-51)

El problema que el hombre tiene hoy es la confianza. ¡No tenemos en quien confiar! Cuando menos lo espera salta la liebre y te experimentas traicionado, engañado. Ya se ha perdido hasta la confianza en los bancos y en las autoridades. Los políticos y gobernantes no nos dan crédito en su bien y justo obrar. Todo se desmorona como un castillo de naipes.

Incluso, la familia está en peligro. Los esposos desconfían el uno del otro. La palabra dada hoy, mañana puede ser incumplida. No hay confianza; no hay palabra; no hay fidelidad; no hay responsabilidad. ¿Hacia dónde camina el hombre?

Sin embargo, hay Alguien que habla en Verdad, Justicia y Verdadero Amor. Todo lo profetizado en Él se ha cumplido, hasta su Resurrección. No hay engaño en Él y su Verdad da esperanza al hombre. Sí, su camino no es de rosa, está lleno de espinas, pero no lo oculta, lo dice y lo descubre. Él es el primero en recorrerlo, y también el primero en salir victorioso. Nos promete la victoria y el tesoro que todos buscamos. ¿Por qué no le escuchamos con atención?:

 Jesús dijo a la gente: «Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; éste es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo».

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