martes, 5 de marzo de 2013

MÁS CLARO NO SE PUEDE DECIR

(Mt 18,21-35)


Las Palabras de Jesús nos expresan con claridad meridiana cual debe ser nuestra actitud ante el perdón. Sabemos por experiencia lo que cuesta perdonar, y hemos oído, ¡y las que faltaran!, que esto o aquello no se puede perdonar. Sin tampoco olvidar a aquellos otros que declaran perdonar pero no olvidar.

La realidad es que perdonar nos cuesta mucho. Pero también es verdad que el sentido común nos revela que, si Jesús nos propone esa actitud de perdón es porque Él antes nos ha perdonado así. Y con Él podemos hacerlo, pues sería canallesco proponer algo imposible e irrealizable.

También, se cae de maduro, es lógico y de sentido común, que si yo soy perdonado por ofender a Dios, ¿cómo me atrevo a no perdonar a aquel que me ha ofendido a mí? El problema no está ahí, sino en no reconocer a Dios como mi Padre, y no tomar conciencia de ofenderlo con mis acciones y decisiones. El problema radica en el rechazo de vivir el amor según Jesús, y hacerlo a mi manera. Por eso se nos hace más difícil perdonar.

Hoy, Jesús, nos explica de forma muy clara cuál debe ser nuestra actitud ante el perdón, y sus Palabras no dan lugar a duda. Si tú eres perdonado, hasta el punto de que tu deuda es olvidada y borrada del debe, tú debes proceder de la misma forma con aquellos que a ti te deben. Perdona en y de la misma forma que tú has sido perdonado. Y si Jesús nos lo propone, es porque tú y yo podemos hacerlo, ´claro!, contando con Él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.