sábado, 30 de marzo de 2013

LLAMADOS A LA SANTIDAD



Hoy es un día, nunca triste, pero sí, expectante, vivido en silencio y actitud reflexiva. Un día de aspiraciones y de camino hacia el Ideal deseado: "La eterna felicidad". Un día de vocaciones despierta donde cada uno debe encontrar la suya, pero con un denominador común: "La vocación universal de la santidad".

Sin embargo, no por estar llamados a la Santidad, todos somos santos, sino que es un camino que hay que recorrer, de ahí nuestra libertad para buscar el bien y el amor, y, sobre todo, empeñarse en querer buscarlo y recorrerlo. Como siempre, un buen ejemplo aclara y alumbra mejor el criterio.

No se trata de aprender como podemos alcanzar la santidad, sino de desearla como algo vital y necesario. En cierta ocasión, un joven preguntaba como se podría alcanzar la santidad, y en que consistía eso de la santidad. Y su maestro no les respondía. 

Pero un día, mientras tomaban un baño, se le ocurrió sumergirlo en el agua y sujetarlo unos segundos. Cuando creyó que era suficiente lo soltó, y el joven irrumpió en la superficie como una bala. Sus pulmones buscaban el ansiado aire para respirar. 

Inmediatamente el maestro le respondió:  "Cuando busque de igual manera la santidad, encontrarás el camino para alcanzarla". Ser santo es desear vivir la Vida de la Gracia  por encima de todo. Es el empeño de cada día por emplear tu libertad para hacer y buscar el bien amando. Es pasar de la muerte de las cosas de este mundo que nos esclaviza, a la vida de darte gratuitamente por amor.

Por eso, hoy celebramos la Muerte de nuestro Señor Jesucristo, para mañana celebrar el triunfo, la Resurrección y la Vida Eterna. Y, sí con Él morimos una misma muerte de Cruz, también con Él resucitaremos a la Vida Eterna.

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