miércoles, 24 de octubre de 2012

HAY MOMENTOS QUE TIEMBLO...

 Comprended que, si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche...


porque conociéndote un poco no haga lo suficiente para que cuando llegues esté lo mejor preparado y activo que Tu deseas. Hay momentos que te veo como un Padre exigente y pendiente de mis fallos o fracasos, y me asusto, Señor.

Pero, también hay otros momentos que tu Espíritu me invade y me llena de paz y serenidad, porque es el corazón lo que a Ti te importa, Dios y Padre mío, y no tanto mis obras imperfectas y llenas de miserias y errores. Y Tú sabes, Señor, que mi corazón anhela amarte y amarte en el servicio a los hermanos.

Me tranquiliza saber que cada día de mi vida es una lucha entre el bien y el mal. Que cada día, dentro de mí, se entabla una batalla por querer hacer lo que no hago y me cuesta, y dejar de hacer lo que siempre hago y repito aunque no quiera.

Pero también experimento que eso me exige trabajo, esfuerzo, camino y sobre todo estar a tu lado, hablarte, acompañarte, preguntarte, estar en tu presencia y sobre todo comer tu Cuerpo. Porque mis fuerzas son escasas, débiles y frágiles y mi voluntad vencible, necesito de Ti, Señor, para estar preparado el día que Tú decidas venir a buscarme. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.