domingo, 30 de septiembre de 2012

NO HAGAMOS CAPILLITAS...

 Mc 9, 38-43.45.47-48 Juan le dijo:
 porque el Espíritu de Dios está en todas partes, y su Voluntad acoge a todos los hombres, sean de un color o de otro. El Amor de nuestro Padre se derrama en todos los hombres, incluso en aquellos que no lo conocen o le rechazan. Y esa locura del Señor nos descubre que también nosotros tendremos que amar a aquellos que no nos apetece amar.

Porque desde nuestros criterios, Dios nos ama con locura, pues no entendemos que a pesar de recibir tanto desprecio y rechazos, Él continúe amándonos con la misma intensidad y sin exclusión de nada ni de nadie. Más cuando se trata de aquellos que creen en Él y actúan en su Nombre.

Nadie habla en favor de otro sin estar de su parte y creer en él. De modo que quien actúa en nombre de Dios estará a favor de Él. Por lo tanto, no debe preocuparnos ya que no estando contra Dios estará a su favor. Y todo lo que haga en el nombre de Dios tendrá su recompensa.

Se hace necesario mirarnos bien interiormente y exteriormente, porque puede ocurrir que tengamos muchas cosas, tanto fuera como dentro, que nos obstaculizan acercarnos a Dios por el verdadero camino. Podemos pensar que estamos muy cerca, pero puede ser un espejismo, pues nuestra presencia no sirve para acercar sino alejar a otros. Y eso puede ser motivo de escándalo.

En nuestro caminar a diario debemos observar con mucha atención que cosas pueden ser motivo de escándalo o mal testimonio que inclinen a otros a sentirse molestos o tentados a no acercarse. Eso nos lleva a darnos cuenta que le necesitamos imperiosamente y sin Él nada podemos lograr.

No permitas, Dios mío, que mis afanes, mis apegos, mis ideas, mis suficiencias, sean causa de controversia, de duda y confusión. Abre mi corazón y ponme en tus Manos para que sea tu Camino el que yo siga sin vacilar. Amén.

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