miércoles, 29 de agosto de 2012

DENUNCIAR LO INJUSTO...

 - Evangelio según Marcos 6,17-

 fue lo que le trajo la muerte a Juan el Bautista, y también a Jesús. Porque la mentira nadie la quiere, y aquel que la comete la esconde, se avergüenza. Nadie quiere ser tachado de mentiroso y esconde sus mentiras. 

Lo vemos y experimentamos en nuestra sociedad de ahora. Sobre todo en el mundo de la política, de los intereses económicos, en el terreno pasional y del amor erótico. Las pasiones e inclinaciones de la carne nos arrastran a traicionarnos.

Porque cuando hacemos algo que pensábamos que no debiéramos hacer, o cuando dejamos de hacer algo que pensábamos que debiéramos hacer, sentimos que hemos obrado mal y, por supuesto, nos traicionamos. Significa eso que todos queremos hacer las cosas bien, estamos llamados a ser buenos, pero nuestra inclinación más fuerte nos inclina al mal.

Y eso está en boca de Juan Bautista, nos llama al arrepentimiento, a la penitencia, al esfuerzo de la lucha contra esa inclinación que nos puede, que nos somete, que nos tumba. Para eso necesitamos el Bautismo y la compañía de Jesús que nos fortalece, que llenos de su Gracia nos hace fuertes y nos capacita para con nuestra voluntad podamos salir victoriosos.

Tomar el camino de Herodes nos supone equivocarnos y perdernos, porque por nosotros mismos no podremos vencer al mal. Necesitamos el poder del Espíritu Santo para ser capaces de vencer nuestra soberbia, nuestro orgullo, nuestro prestigio mal entendido y rebajarnos humildemente para aceptar los caminos que el Precursor nos señala en el nombre del Señor.

Ayúdanos Espíritu Santo para seguir a Jesús, el enviado por el Padre, y en tus Manos encontrar la sabiduría, la fuerza, el consejo, la inteligencia y el poder de vencer nuestras pasiones. Amén.

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