martes, 3 de enero de 2012

¿SOY TESTIGO Y LO PROCLAMO?

Jn. 1:29-34 « Jesús el Cristo...

Porque la fe no se puede guardar y esconder. Algo fallaría si así ocurre, porque consecuencia de la fe es el estilo de tu vida, y la forma que adoptas en tus actitudes vitales y relación con los demás. Realmente debe notarse, y si no es así, algo está fallando, o escondiendo, y la fe no se puede esconder, si hay, se nota.

Eso fue lo que le ocurrió a Juan, vivió su fe de forma que su vida iba en coherencia con lo que creyó, y dio testimonio de ello. Señaló al enviado por DIOS, y por obra del ESPÍRITU SANTO dio testimonio de Aquel que debía venir a salvarnos, y lo mostró a todos los que le seguían y le escuchaban.

Juan preparó la venida de JESÚS predicando su llegada por obra y envío del PADRE. Lo señalo como el enviado por el PADRE a bautizar con el ESPÍRITU SANTO, para que todos aquellos que creyeran tuvieran su auxilio y alcanzaran la salvación. Hoy, nosotros, somos unos privilegiados, porque, por el testimonio de Juan conocemos que JESÚS es el enviado, el HIJO de DIOS Vivo.

Pero la pregunta, nuestra pregunta, nos debe brotar como el agua que sale de la fuente: ¿Soy yo testigo, como Juan, de la venida de JESÚS? ¿Dejo que JESÚS nazca dentro de mí y lo llevo a los demás? ¿Me preocupa eso? ¿Le pido luz, sabiduría y fortaleza en la paz para poder cumplirlo?

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