miércoles, 18 de enero de 2012

LA DUREZA DEL CORAZÓN LES IMPIDE VER

Mc 3, 1-6

No hay otro objetivo, no importa lo que diga ni lo que haga, simplemente queremos quitarle del medio porque nos estorba y amenaza a nuestra privilegiada situación. Nos agarramos a la ley, a la norma y le acusamos por ahí, porque no importa hacer el bien a todos, sino el bien que nosotros queremos y controlamos.

Son las posturas farisaicas que no están lejos de nuestras posturas actuales, porque seguimos haciendo lo mismo. No importa que el crucifijo sea un signo de paz, de serenidad, de justicia, de respeto y de fe, sino que hay que quitarlo del medio porque nos estorba. No se buscan razones, sino se imponen.

Todo lo contrario al amor y al bien que se proponen y se ofrecen como lo mejor y más conveniente para el hombre. Una vez más, JESÚS, afirma que es lícito curar y hacer el bien en sábado, porque el hombre y el bien del hombre es siempre lo primero. El amor y el bien que de él se deriva no tiene tiempo, siempre está dispuesto. No hay un tiempo que permita hacer el bien, y otro donde no se permita hacer el bien. Siempre es tiempo para amar y hacer el bien.

Siempre hay tiempo para amar y ser misericordioso, es el mensaje de JESÚS, y cuando en algunos momentos sea tiempo de derecho al descanso y la ley así lo determine, siempre estará el hombre por encima de la ley y las normas, y siempre habrá un lugar para, por encima de la justicia y la ley, aplicar la misericordia. ¡Qué sería de nosotros sin la Misericordia de nuestro PADRE DIOS!

Y es penoso que JESÚS tenga que valerse de esos milagros para hacernos pensar y cambiar, no nuestras leyes, sino nuestras actitudes frente a la ley y en relación con el hombre. ¡Y ni por esas!, pues muchos, endurecidos su corazón, quedan cegados por su ira y soberbia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.