jueves, 5 de enero de 2012

CONOCER PARA PRESENTAR

Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de...

Nadie puede dar lo que no tiene o no ha recibido. Antes de hablar del Maestro, es necesario haber hablado con Él. Sólo si lo conocemos bien y nos hemos dejado conocer por Él, estaremos en condiciones de presentarlo a los demás, tal como hace Felipe en el Evangelio de hoy. Tal como han hecho tantos santos y santas a lo largo de la historia.

Y para conocer al Maestro es necesario estar frecuentemente con ÉL. Y nada mejor que recibirlo y ponerse en su presencia lo más frecuente posible. Por eso, la Eucaristía es lo más grande que podemos hacer, y si todo los días mucho mejor. Porque sólo a través de estar en permanente contacto con ÉL podemos conocerlo y, conociéndolo, transmitirlo a los demás con nuestra vivencia cristiana y testimonio.

Una cosa es primordial que lo que somos queda reflejado en el medio y entorno que nos movemos, y si somos creyentes en JESÚS de Nazaret, le transmitiremos en nuestros círculos y ambientes, porque no se trata de ser sino de parecerlo también. Si no ocurre esto nuestra fe tiene dos caras, una para el ambiente religioso y otra para la sociedad en la que vivimos.

Felipe, Natanael informado por éste, se acercaron a JESÚS, le conocieron y, no resistieron el transmitir ese gozo maravilloso de conocerle a los demás. Porque lo que es bueno no se queda en uno sino que se transmite gozosamente. Esa es la verdad que nos hace libre, ya que todos queremos dar lo mejor, y cuando no lo hacemos es porque algo nos lo impide hacer. Esa es nuestra lucha, luchar contra el mal que nos impide ser como queremos ser.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.