domingo, 25 de diciembre de 2011

NOS HA NACIDO UN SALVADOR, EL MESÍAS, EL SEÑOR

Lucas 2, 1-14). Humildad, silencio, estupor y alegría. ante la Navidad


Sí, no se trata de un salvador cualquiera, se trata del Mesías, el SEÑOR, EL Único Salvador del mundo que ha venido a traernos la liberación y la salvación.

¿Y de qué forma viene? No aparece de forma triunfal, destacada, esplendorosa, notoria ni lleno de poder y riqueza, viene cumpliendo la ley y sometido a la ley de los poderosos y gobernantes. José, su padre adoptivo, se pone en camino para cumplir también el mandato del poder de aquella época. Se hace hombre en todo, igual a nosotros menos en el pecado.

Se les aparece a unos simples pastores. Pero a unos pastores de aquella época, no como los de ahora. Por eso, necesitamos mirar al nacimiento con ojos, no sólo de ahora, sino situados también en el del acontecimiento, porque eso nos puede ayudar a comprender la grandiosidad del Misterio.

Eran los pastores del tiempo de JESÚS los más miserable, marginado y despreciado de la sociedad de su época. Una clase formada por gente pobre, sencilla, marginados, apartados de todo bienestar, mal considerados, borrachos, ladrones...etc. También hoy, el Niño DIOS se hace presente, prioritariamente, en esa clase de gentes: pobres, abandonados, enfermos y despreciados, marginados, prostitut@s, ladrones...etc. Son los primeros en saber la noticia de su nacimiento, de su venida.

Puedes ser tú ahora, siglo XXI, uno de esos llamados pastores, bien seas pobre o marginado, o de clase media, instalado o rico. Pero, a parte, viene a todos por igual, porque todos vivimos en las tinieblas sometidos al pecado y a la oscuridad. ÉL es la Luz que viene a alumbrar el camino de salvación.

Y JESÚS nace de forma verdadera y real cuando dentro de cada uno, sea pobre o rico, deja encender la lámpara de su particular corazón de cuna y se hace pesebre humilde y sencillo que comparte, que confraterniza y vive el amor entre sus contemporáneos y vecinos. Y ese nacimiento se realiza cada día que tus labios dibujan una sonrisa, tu lengua acerca y pone paz entre las personas, y tus obras derraman amor y ternura entre los hombres. Es, entonces, Navidad. JESÚS ha nacido verdaderamente en tu corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.