viernes, 16 de diciembre de 2011

LÁMPARA QUE ARDE Y ALUMBRA

(Jn 5,33-36). El mejor testimonio de Jesús no...

Bombillas con patas diría yo en otra reflexión (ver aquí), porque cuando realmente te encuentras con el SEÑOR, un signo de ese encuentro es la felicidad, felicidad que es el efecto de la paz y el gozo de vivir en su presencia y de tomar conciencia, a pesar de los abatares que la vida te depara, de estar salvado.

Porque lo que verdaderamente importa es la salvación... y está muy cerca de nosotros, hasta tal punto que pronto vamos a celebrar su venida. Lo hacemos todo los años, pero está con nosotros los 365 días que lo componen, día y noche, incluso hasta en los momentos de lo más profundo de nuestros sueños.

Y está tan cerca que la palpamos cada día en nuestra diaria vivencia con los que nos ha tocado vivir, sobre todo en nuestra familia, con nuestros seres más próximos, con nuestros compañeros de trabajo, amigos de los momentos de ocios...etc. 

Sólo se trata de alumbrar con nuestro testimonio, con nuestra conducta, con nuestra sencillez estando atento en las cosas pequeñas, simples, con alegría. A la larga se notará que la vida vale la pena vivirla en paz, en gozo, en alegría. Y eso es lo que todos buscamos, por eso se notará y terminaran preguntándote, ¡oye!, ¿qué haces para vivir así?

Sólo hay una respuesta: ¡Vivir la vida de la Gracia!

Que sepa, DIOS mío, ser antorcha en mi interior para
alumbrar, como Juan, la Luz que TÚ irradias
y testimonias según el PADRE te ha
enviado. Amén.

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