sábado, 22 de octubre de 2011

¿HAGO LO QUE DEBO?

Lucas 13,1-9

Porque siento muchas cosas que no quiero hacer, y el luchar contra ellas me fatiga, se hace duro, se me hace cuesta arriba. Al mismo tiempo descubro lo que me gustaría hacer, pero, por la misma razón, no llego a concretarla. Viene entonces a mi memoria las palabras de Pablo de Tarso: "Hago lo que no quiero, y no hago lo que quiero".

No doy los frutos que debiera, y eso me preocupa. Sin embargo, el PADRE Bueno del Cielo espera pacientemente un año tras otro. Y cuida mi tierra, la abona y riega y le da calor sin ningún resultado. Pero espera pacientemente, sin exigirme ni presionarme. ¡Cuanto amor!

Cuanto amor imposible de entender. Y eso nos desespera a veces también. Por qué no tener confianza y, como el hijo prodigo, regresar a ÉL. Sabemos que no merecemos el trato y cuidados que nos da, ni tampoco damos los frutos que debemos dar, pero, ese amor, nos conforta y nos mueve a esforzarnos en dar frutos. A luchar contra nuestra hipocresía, contra nuestras apariencias, contra nuestras mentiras, contra nuestras autotraiciones.

Como Pablo, SEÑOR, tu apóstol de los gentiles,
queremos, con tu Gracia, hacer tu 
Voluntad, y no la nuestra.

Danos las fuerzas y la luz de, no sólo querer,
sino también de llevarlo a cabo. Te
lo pedimos junto a tu Madre
María, la obediente
y cumplidora. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.