sábado, 29 de octubre de 2011

BUSCAR LOS ÚLTIMOS LUGARES

Porque todo el que se ensalce, será humillado ...( Lc 14, 1. 7-11)

Porque quien se olvida de sí busca el bien del otro. Por eso, cuando no estás pensando en ti no te preocupan los primeros puestos. Te preocupa que todo salga bien y que los demás se encuentren cómodos y a gusto.

Se puede actuar de dos formas, una, buscando tus intereses y sometiendo los intereses de los demás. Tú primero y los otros después. Primo yo, y lo demás ocupan un lugar secundario, condicionado a mis privilegios e intereses. O de otra forma, dejando tus intereses para el final. Primero el otro, su acomodación, sus privilegios, sus necesidades. Luego, si queda, las mías.

Experimentas que la puerta se estrecha, se hace incómoda, necesita soltar todo lo que llevas, y hasta adelgazar unos kilos. Entrar cuesta fatiga y mucho esfuerzo, pero adentrado en el camino, la carga se hace ligera y el yugo suave. No vamos solos.

Así actuó JESÚS. Observaba, no para sacar partido para sí, sino para lograr bienestar y beneficios para otros. Le preocupaba el peor parado, el más desamparado. Observaba para ayudar, para servir, para hacer el bien. Y  se olvidaba de sí mismo. No busca ser honrado, sino honrar. No piensa en su honor, sino en el honor del PADRE. No piensa en ÉL sino en los demás. Toda su vida se convierte en una manifestación del PADRE, de un PADRE que es Amor.

No busquemos los primeros puestos, ni ser servido.
Busquemos, mejor, los últimos lugares y
servir.

Pero hacer esto no esposible desde nosotros.
Necesitamos la Gracia de JESÚS
y la asistencia del
ESPÍRITU SANTO. Amén.

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