jueves, 9 de junio de 2011

ES PARA QUEDARSE DE PIEDRA (Jn 17, 20-26)


No nos damos cuenta de lo que decimos, y digo esto, porque por mucho que queramos caer en la cuenta no podemos tomar conciencia ni valorar la grandeza del Amor de DIOS. No valemos nada porque nada somos. Todo lo hemos recibido gratuitamente y por su Amor, de nuestro PADRE DIOS. Y, encima, JESÚS nos da la Gloria recibida del PADRE para que seamos todos uno, "nos amemos como ellos, PADRE e HIJO se aman", y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí. 

Si fuésemos capaz de comprender esto, de apreciarlo, indudablemente procederíamos de otra forma. Esto puede valernos para darnos cuenta de nuestra pequeñez, de nuestra lejanía, de nuestra humanidad ignorante y torpe, y ayudarnos a abajarnos, a humillarnos y a ser esclavos del SEÑOR. Simplemente, fue lo que hizo María, alabar la grandeza del SEÑOR porque ha hecho maravillas en su humilde esclava.

Sólo en la medida que logremos vivir en calidad de verdaderos hijos de DIOS, y sentirnos sus verdaderos hijos, creados gratuitamente y libremente por amor, podremos empezar a descubrir la grandeza de ser sus hijos. Sólo ÉL podrá despertar en nosotros la luz de tomar conciencia de la maravilla de pertenecerles, no como siervos o esclavos, sino como verdaderos hijos y hermanos en su HIJO JESÚS.

DIOS mío, dame la clarividencia de entender y sentir
que TÚ eres mi verdadero y Único PADRE, que me
has creado y amas hasta entregarte, en tu
HIJO JESÚS, en una muerte de Cruz
como rescate por nuestros 
pecados. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.