martes, 8 de febrero de 2011

HONRA A TU PADRE Y MADRE (MC 7, 1-13)

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A la hora de mirar la Tradición hay que observar muy bien si se trata de algo venido de la Revelación o es, por el contrario, entre sacado por los hombres. Porque hay tradiciones tardías por los maestros de la Ley que tergiversan la Palabra de DIOS y la manipulan.

Así, lo mandado por Moisés: "Honra a tu padre y madre", lo manipulan al considerar que ofreciendo dinero y bienes al templo quedan exentos de ayudar a sus padres, y entienden que hacen lo mejor. Según esta enseñanza, los padres ya no podían pedir ni disponer de  estos bienes. Los hijos formados en esta conciencia errónea creían haber cumplido así el cuarto mandamiento, incluso haberlo cumplido de la mejor manera. Pero de hecho se trataba de un engaño.

Y esto debe ayudarnos a estar vigilantes y atentos a no desviarnos de las enseñanzas de nuestra Madre la Iglesia. Hay muchos que intentan interpretar la Revelación a su manera y según sus conveniencias y con ello confunden y arrastran a otros muchos. La Biblia es un mensaje revelado que, aunque distantes en su elaboración, y ésta es una de su milagrosa evidencia, es un todo coherente y relacionado, de tal forma que el Antiguo Testamento no se entiende sin conocer el Nuevo, y a la inversa.

Nuestra palabra debe estar respaldada con nuestra vida. Ese es el esfuerzo y la cruz nuestra de cada día, porque si detesto la mentira, mi vida debo vivirla en la verdad. No puedo, mentiría pues, predicar la verdad y vivir con mentira. Y si lo hago, nuestra naturaleza humana es débil y pecadora, debo admitirlo, levantarme humildemente y limpiar mi mentira, para eso, JESÚS instituyó, nos conoce y sabe de nuestra condición pecadora, el sacramento de la Penitencia.

Dame fuerzas, SEÑOR, para 
agarrarme a TI fuertemente, 
sin dejarme arrastrar por
otros que tratan de
despegarme de TI.

TÚ eres mi luz y tus paso
son lámparas para mi camino.
Dame la sabiduría de saber
perseverar, estar a tu lado
y no desesperar a pesar
de mis fracasos y debilidades. Amén.

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