viernes, 21 de enero de 2011

COLEGIO APOSTÓLICO (Mc 3, 13-19)


Doce fueron los elegidos, y nos preguntamos cómo fue esa elección y a que tipo de actitudes o cualidades correspondieron. Así y todo, uno de ellos rechazó tal elección porque entendió que su proyecto era mejor y no tuvo la paciencia y humildad de fiarse de JESÚS.

Nunca sabemos el por qué esas personas y a que tipo de perfil fue sometida la elección de nuestro SEÑOR JESÚS. Porque el SEÑOR hace lo que quiere y como quiere y siempre está en la Verdad, pues es el SEÑOR, creador y dueño de todo lo visible e invisible. 

Fueron elegidos para continuar su Misión aquí en la tierra y asistido con la promesa del ESPÍRITU SANTO que les acompaña revelándoles en cada momento la verdad y todo aquello que se ha quedado oculto a su entendimiento. Es la Iglesia que las primeras comunidades nos transmiten hasta nuestros días. De tal forma que, Benedicto XVI es fiel sucesor directo de aquel Colegio Apostólico presidido por Pedro, el primer Papa de la Iglesia.

Y hoy, JESÚS, también te elige a ti, porque como hermano suyo e hijo del PADRE del Cielo que lo envió, viene para llamarnos a la herencia que el PADRE nos tiene preparado. Y esa herencia tiene una condición: "Amar, amar y amar hasta el olvido de mí mismo". Ahí está tipificada y contenida, por expresarlo de alguna forma, nuestra llamada y vocación.

En la elección del Colegio Apostólico, todos hemos quedados llamados, unidos en la Iglesia, a caminar juntos amándonos los unos a otros al estilo y como nos amó JESÚS. Esa es nuestra misión, que cada uno tiene que descubrir en su propio ambiente, en el entorno que ha sido ubicado y compone su propio mundo.

Pidamos, todos juntos, la Gracia de
descubrir nuestra propia misión
dentro del lugar donde el PADRE 
nos ha querido situar, fieles al
estilo que JESÚS nos enseñó. Amén.

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