martes, 27 de mayo de 2008

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No estaba previsto la idea de este blog, pero como muchas cosas, ocurre que por motivos de perfeccionar lo que tienes, trata de organizarlo mejor y surge la dificultad: no se puede hacer sin evitar el perder lo que tienes ya publicado y hecho. Luego, después de mucho pensarlo y en aras de seguir caminando y mejorando decides empezar uno nuevo con las mejoras establecidas. Poco a poco vas configurando lo que quieres y lo que puedes ofrecer. Claro está, desde la actitud de buscar la verdad y el bien común. Se trata de ofrecer, vivenciar y manifestar la alegría de saberte salvado eternamente y vocacionado a la plena felicidad.


Nos costó mucho encontrar un nombre. Todo surgió repentinamente y de forma sorprendente. Hubo momentos de total bloqueo y hasta de parecernos que perdíamos el tiempo. Fue algo inesperado. Hablo en plural porque fue Abigaíl la que se encargaba de configurar los cambios que mejoraban el nuevo blog y la causa que planteó la nueva situación. Supongo que nuestras mentes buscaban rápidamente un nuevo título, pero no se encontraba fácilmente. Además, había una dificultad añadida, no es fácil encontrar una denominación que no esté ya cogida. Poníamos algunas y no nos era admitida. Se hacía dificultoso y hasta violento estar sin saber que hacer. Y el tiempo corría.


De pronto, tomé la encíclica del Santo Padre Benedicto XVI y encontré la respuesta que buscábamos, en la página trece dice: primero la palabra "dodim", un plural que expresa el amor todavía inseguro, en un estadio de búsqueda indeterminada. Esta palabra es reemplazada después por el término "ahabá" que la traducción griega del Antiguo Testamento denomina, con un vocablo de fonética similar, "agapé", el cual, como hemos visto, se convirtió en la expresión característica para la concepción bíblica del amor. En oposición al amor indeterminado y aún en búsqueda, este vocablo expresa la experiencia del amor que ahora ha llegado a ser verdadero descubrimiento del otro, superando el carácter egoísta que predomina claramente en la fase anterior. Ahora el amor es ocuparse del otro y preocuparse por el otro. Ya no se busca a sí mismo, sumirse en la embriaguez de la felicidad, sino que ansía más bien el bien del amado:
se convierte en renuncia, está dispuesto al sacrificio, más aún lo busca.





Ahora, muchos días después, empiezo a pensar que no fue tan casualidad sino algo que tiene que ver con el ESPÍRITU que actúa en nosotros. El tiempo irá ayudándonos a discernir lo que realmente nos llevó a este camino. Sí puedo expresar claramente que jamás, y yo soy muy dado a buscar razones para títulos, que nunca se me hubiese ocurrido un nombre así. Y ocurrió que a medida que lo voy viendo escrito, cada momento me gusta más. Y también, a Abi, quien lo hizo posible tecnicamente, también le gustó.


Pues bien, esta es la historia del por qué de este blog, que hoy empieza su andadura y que su finalidad es proclamar, tanto las reflexiones y vivencias, de los otros dos: yo soy creyente católico y mis vivencias e inquietudes, como las oraciones de las cuales se alimenta la razón fundamental de mi ser creyente en JESUCRISTO.




En el otro apartado, "criterios", trato de manifestar actitudes y criterios que determinan nuestra propia dignidad y naturaleza humana. Llevamos impreso la ley Natural que nuestro único Creador ha infundido en nuestro corazón y esos principios son el camino de nuestra verdadera felicidad, pues están para hacernos felices. ¿Qué Padre nos daría algo que fuese contra nuestro propio bien?

¿Alabado y glorificado sea el SEÑOR!

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